y así pasaba un rato largo escuchando el silencio devastador de la noche en guerra con todo el interior de su cuerpo. entonces comprendía que la vida era eso: respirarnos; intercambiarnos las cosas que llevamos adentro, lo que nos hace vivir, la tarea cotidiana necesaria, la relación perfecta entre dos cuerpos, la noche, el humo y la música. un alma sola que fermenta y respira y se ríe.
lunes, 22 de agosto de 2011
infinito~
apenas quedaba dormido me acomodaba sobre su torso, intentando apenas moverme, nunca hubiera entendido la necesidad de hacer ese silencio en la mitad de la noche sólo para escucharlo dormir. una vez ahí todo parecía un universo paralelo, un mundo por descubrir. la respiración hamacándose en un leve movimiento toráxico enredado al tambor que latía al ritmo del swing básico de blues. rumores, leves susurros, apenas unos chirridos como de ardillas, apenas los movimientos necesarios para llenarse los pulmones con el aire espeso del cuarto para volver a exhalar. todo aquello era un mar de peces entre olas rompiendo suavemente, casi acariciando la orilla.
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