sábado, 22 de agosto de 2009
miércoles, 19 de agosto de 2009
manual~
Antes de aplicar una rasta sobre su pelo tenga en cuenta una serie de actitudes que cada persona, sin importar raza, sexo ni edad va a proceder a realizar. Para comenzar, cuando descubren la novedad en su cabello, van a mirarlo/a con cara de miedo, y se le van a acercar a lentamente (sin tocarlo/a, claro). A continuación van a hacer la inteligentísima pregunta que dice más o menos así: ‘’ ¿Tenés una rasta?’’. Inmediatamente después de que usted transmite la información afirmativa (cambio, cjjj) entonces seguirán por preguntarle: ‘’ ¿Quién te la hizo?’’. Si su caso es igual al mío y usted es el/la propio/a creador de la obra de arte entonces van a continuar preguntándole: ‘’ ¿Y cómo aprendiste?’’. Dada la respuesta correcta, relativa de cada quién, va a suceder una pregunta del mismo nivel intelectual que las anteriores, que va a ser similar a: ‘’ ¿Y es limpia o sucia?’’. Una vez de que usted suspire unos cuantos segundos y les dé la respuesta que esperan (limpia) o la que los va a espantar al instante (sucia) van a dar casi por concluido al cuestionario con un: ‘’ ¿Y no te da asco?’’.
Para dejarlo a usted aún más satisfecho con su nuevo ‘’chiche’’ van a preguntarle con un tono de ‘’date cuenta’’ algo como: ‘’ ¿Y si te la querés sacar, cómo hacés?’’. Luego de que usted sonría, finja no tener ganas de torturar a alguien y conteste, van a finalizar el increíblemente igual procedimiento que hicieron las veinte personas que antes que esa habían descubierto su innovación. Si la persona de la que estamos hablando es suficientemente astuta va alejarse con gestos similares a los que ponen los de factor miedo cuando tienen que comerse gusanos o cosas raras y no olvide que en el caso de que tengan un acompañante se van a alejar comentando lo ocurrido en voz muy alta para que usted se entere de su desagrado y no se lo tengan que decir en su cara.
Conclusión: si está pensando hacerse una rasta, hagaselá nomás y diviértase conmigo de esta gente y de que no le dé asco un poco de pelo enredado.
Para dejarlo a usted aún más satisfecho con su nuevo ‘’chiche’’ van a preguntarle con un tono de ‘’date cuenta’’ algo como: ‘’ ¿Y si te la querés sacar, cómo hacés?’’. Luego de que usted sonría, finja no tener ganas de torturar a alguien y conteste, van a finalizar el increíblemente igual procedimiento que hicieron las veinte personas que antes que esa habían descubierto su innovación. Si la persona de la que estamos hablando es suficientemente astuta va alejarse con gestos similares a los que ponen los de factor miedo cuando tienen que comerse gusanos o cosas raras y no olvide que en el caso de que tengan un acompañante se van a alejar comentando lo ocurrido en voz muy alta para que usted se entere de su desagrado y no se lo tengan que decir en su cara.
Conclusión: si está pensando hacerse una rasta, hagaselá nomás y diviértase conmigo de esta gente y de que no le dé asco un poco de pelo enredado.
jueves, 6 de agosto de 2009
habrá que barajar y dar de vuelta~
Hay tintas inútiles de cosas escritas en insomnios de invierno.
Hay gargantas quemándose en fogones de besos,
de simples y apenas excesos.
Hay ese avispero de hormonas,
y hay de karma una memoria que no olvida ni perdona.
Hay una cintura que reclama
el reencuentro de los roces recibidos
a oscuras,
un instante de recuerdo.
Hay paredes que aún nos invitan
a la locura de mi espalda y tu cuerpo.
Hay una sed urgente de mis vicios y tus manos,
de tu cielo de frente, paraíso ganado.
Hay gargantas quemándose en fogones de besos,
de simples y apenas excesos.
Hay ese avispero de hormonas,
y hay de karma una memoria que no olvida ni perdona.
Hay una cintura que reclama
el reencuentro de los roces recibidos
a oscuras,
un instante de recuerdo.
Hay paredes que aún nos invitan
a la locura de mi espalda y tu cuerpo.
Hay una sed urgente de mis vicios y tus manos,
de tu cielo de frente, paraíso ganado.
martes, 4 de agosto de 2009
domingo, 2 de agosto de 2009
donde aquella noche subió la adrenalina~
Un anoche de esos que te dejan calles enteras trancadas en la garganta. El mismo lugar y los mismos hermanos que transpiran rocanroles desde el alma. El frío y el cansancio de tardedeniños y pintura en la cara quedan guardados en el placard segundos antes de salir de casa. El clásico y ágil recorrido verde; cuatro piernas con championes y taquicardia aplastando las baldosas para llegar. Atención y apagón. No es sólo el tipo que canta, son vientos, membranas y cuerdas en comunión. Es el conjunto de voces y olor a música del que tenés al lado; una música capaz de unir a Piazzola con Gardel, capaz de arrancarte la voz, la lengua, la piel. Pogo, murga y colores en el aire. Segundo reencuentro con la locura en persona, ojos verdes y tabaco. Pisar cabezas y otra vez arriba; el éxtasis de otro abrazo del que sangra tinta en rimas salvadoras de rutinas. Un anoche de ganas de besos y corazón sano; tres horas de infierno tocando el cielo con las manos.
Etiquetas:
las pastillas del abuelo.,
notas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)