y cuando todo el mundo se iba y nos quedábamos los dos entre vasos vacíos y ceniceros sucios, qué hermoso era saber que estabas ahí como un remanso, sola conmigo al borde de la noche, y que durabas, eras más que el tiempo, eras la que no se iba porque una misma almohada y una misma tibieza iba a llamarnos otra vez a despertar al nuevo día, juntos, riendo, despeinados.
bufones desfilando finales, fumando afuera, fingiendo felicidades ficticias; fuego, café y febrero. felinos feroces como fracasos atroces. finlandia es perfume de franela, tu fe, tu piel, mi falda infiel. un fa en la quinta, la bifurcada abofeteando una fuga, la estufa en el fondo del mar. la estufa, el final. la fuga, la falda. la franela. el final...
1 comentario:
Excelente poema, construido basandose en la enumeración
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