y cuando todo el mundo se iba y nos quedábamos los dos entre vasos vacíos y ceniceros sucios, qué hermoso era saber que estabas ahí como un remanso, sola conmigo al borde de la noche, y que durabas, eras más que el tiempo, eras la que no se iba porque una misma almohada y una misma tibieza iba a llamarnos otra vez a despertar al nuevo día, juntos, riendo, despeinados.
2 comentarios:
lo único que te puedo decir es que sos una persona única y súper dulce.
te adoro! muchísimas gracias, amiga!
Me encanta la combinacion de colores, y ni hablar de la foto de arriba de todo, es preciosa.
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